venres, 19 de setembro de 2014

BUSCANDO PALABRAS


BUSCANDO PALABRAS (3).
 
Chegou ás miñas mans, das mans dunha miña amiga chilena, este libro do que vos falarei. Vanche gustar os modismos, díxome no seu galego voluntarioso, suficiente. E acertou de cheo. Titúlase El descubrimiento de la pintura, e gústanme non só as frases que nunca antes oíra (algunhas polo menos, logo adxúntovolas), senón tamén outros varios ingredientes: a elegancia e sinceridade narrativa, o sentido finísimo do humor (que lle permite ao autor facer intelixentes xogos de palabras), o suave ser eu traída e levada na rándea do tempo (arriba, abaixo, pasado, presente) sen marearme nunca, as aves santiaguinas (Todavía, en esa época, había abundancia de pájaros encima de los tejados, zorzales, golondrinas, loicas, y cantos difusos, graznidos lejanos), e así un longo etcétera. 
Decididamente, cando me xubile quero ir a Santiago de la Nueva Extremadura… Tamén lle pido á Providencia poder ler sempre, que non nos falten ollos para ler, por favor. E, xa que pedimos, longa vida entre nós ao autor do libro, Jorge Edwards!  
Claro que hai que morrer. O protagonista deste libro morre de saudade talvez. Un caso particular de saudade: saudade do que el nunca será. Cando acabei a lectura viñéronme á mente outros relatos de curiosas mortes tristes, como aquel (había no título a palabra Carnak, creo) de Emilia Pardo Bazán, no que a rapaza ancaresa é desterrada da aldea, vén á Coruña e inda vivindo no vello Perrote, morre por ausencia do verde nutricio… 
(Foto de Jorge Edwards tomada da Internet)
 
Fraseoloxía en El descubrimiento de la pintura:
Un placer de segundo grado
Dormir a saltos
Mi pariente más bien lejano, figura de segunda fila de mis años de infancia
Utilidad perfectamente inútil, incluso perniciosa, como se comprobó a poco andar
Yo sé quién soy, parecía decir, como dicen que dijo alguna vez don Quijote de la Mancha, y se quedaba tan fresco
Sé quién soy, y no me entran balas
Humillado, pero caballero hasta la médula de los huesos
Estoy vacunado, pensaba, y no me entran balas
Pero paso, ahora, a ocuparme de los asistentes fieles a aquellas veladas, de los componentes de lo que podríamos llamar su núcleo duro, de los iniciados
Rengifonfo había estado en el Ejército, siguiendo las aguas del general Olegario
Era adolescente, y me salían gallitos en la voz cuando hablaba
-¡Qué preguntas ni qué vainas!
Era más ingenuo, más inocentón, más caído del catre, para decirlo de algún modo, que el promedio de mis compañeros de curso [documetamos no CREA a frase tamén en Venezuela; vemos noutro corpus –WebCorp, feito pola Universidade de Birmingham- a tradución ao inglés da frase “Crees que soy un caído del catre?”, “do you think I was born yesterday?”, (=cres que nacín onte?), de onde deducimos que ‘caído del catre’ vale, efectivamente,  por ‘inocentón’, cas. ‘pardillo’, gal. ‘paxarelo’]
Y calculé que el método de las preguntas era una manera cautelosa y quizás, al mismo tiempo, insinuante, provocativa, erotizada, calentona, ¡sí señor!, para decirlo con el lenguaje de los patios del San Ignacio, de tirarse al dulce [vén sendo aproveitarse dunha situación e intentar sacar tallada: de novo é a WebCorp a páxina onde atopamos información riquísima sobre este chilenismo]
En una época en que acababa de leer de un suácate [parece mestura entre a forma de socato e o valor da frase dun saque; moi documentado  na WebCorp, pero son documentacións de Internet e non podemos saber de que países son os internautas; o valor principal da frase é “de golpe”, “dun tirón”]
Sus deseos más secretos, estaban dirigidos a ser pintor con toda la barba
Era un expulsado del Ejército de Chile, en buenas cuentas, un marginal
Uno pensaba que se iban a salir de madre y nunca se salían
Fonfo parecía transpuesto, fuera de sus cabales
Hecho una exhalación
Entonces, sentado, de pierna arriba, vestido con el más nuevo de sus trajes [coas pernas cruzadas]
Y se aguachaba (como decimos por allá), se acomodaba, y se reía de los peces de colores [aguacharse vén no DRAE, ‘acomodarse, amansarse’]
Era (…) buena persona, aunque negado en cuestiones de arte
Pero su curiosidad se había secado en la mata [equivale a de raíz, quere dicir que non durou moito]
Completamente chalada, con la memoria perdida, con un tornillo suelto
Capaz que también nos ofreciera mistela
Una calle a trasmano
Toqué el timbre, que estaba junto al número de la puerta de calle
Al rato, una empleada vieja, patuleca
Estaba enteramente a tono
Él se paseaba por la habitación en la punta de los pies
Unas piezas suyas para órgano, las Trois pièces. ¡A mi regalado gusto!
Con buena educación mal entendida, aprendida en las faldas de mi madre
Tender una cortina de humo
Eran maricones de necesidad
A todo esto, la señora que había hecho su entrada
Era, como lo supe de entrada,
Y cruzando sus dedos de espátula delante de sus rodillas, bien hallado, seguro de sí mismo [parece querer significar a gusto consigo mesmo, ou quizais comodamente establecido]
Un fundo cordillerano de alrededor de ciento sesenta hectáreas, con cincuenta regadas y el resto de rulo, en la zona central norte [significa, segundo o Diccionario de Americanismos de H. Morales,  que non ten medios –esa terra- artificiais de rego]
Exclamó el Cloro, con expresión de pésimas pulgas,
Noté que mi madre se encontraba en el séptimo cielo,
Reventando de bilis, como de costumbre, por los cuatro costados
Lloraban a moco tendido
Se casaba con todas las de la ley, y en medio de una abundancia que parecía de los tiempos de Maricastaña
Tomados del bracete
Recuerdo, sí, que di unas cuantas cabezadas
Estaba de nuevo en la enfermería del regimiento, con un ojo en compota, con el labio sanguinolento
El del ojo izquierdo en tinta
Y hasta pienso que buena parte de la parentela optó por doblar la página
Tocaban radios a pilas a toda pastilla
Durán Ballesteros, se había vengado y le había puesto en el camino de la jubilación completa palitos de toda clase, pero que, a pesar de eso (…), eran enormemente felices
Se entendieron a fondo
No se me había pasado por la cabeza que a esta edad (…) pudiera ser uno feliz de buena gana, a pesar de todo y de todos
No estaba seguro de haberse caído de poto, ¡de culo!, al suelo.
 
É curiosa esta disciplina, a da fraseoloxía. Unha mostra máis da inesgotable capacidade de creación do ser humano. Algunhas imaxes son estupendas, absolutamente, como esa do ollo en compota (nós na península copiamos ou imitamos o francés –sempre que sexa certa a etimoloxía que propoñen os académicos da RAE, persoalmente teño fortes dúbidas-, a la virulé; de todas formas esa compota non é a que se fai na miña casa, só con mazás –e ás veces con pera-, ten que ser coma a que fan na casa do meu cuñado, por exemplo, con cirolas negras deshidratadas, para darlle á imaxe o ton escuro);  outras, aínda conservando o denominador común –a páxina- innovan grazas ao verbo: a imaxe de dobrar a páxina dá idea de arquivar, o que nós entendemos por pasar páxina. E noutros casos, a frase sempre é a mesma (de boa gana), pero en España nunca a usariamos acompañando a felicidade presente: non dicimos son feliz de boa gana, senón de boa gana sería feliz toda a vida (por exemplo).
Espero que vos animedes a ler a J. Edwards e a ter a mente sempre aberta ás sutilezas das nosas linguas hispanas. Ou ibéricas.

Ningún comentario:

Publicar un comentario